PELIGROS Y CUIDADOS DE LA INTOXICACIÓN POR SAPO.
La ingesta de sapo puede ser muy peligrosa e incluso mortal para los perros debido a las toxinas que secretan a través de su piel, principalmente las bufotoxinas.
El envenenamiento es rápido y grave, por no decir severo, pues las toxinas se absorben rápidamente a través de las membranas mucosas de la boca del perro. Los peligros principales se deben a los efectos sistémicos de las bufotoxinas, ya que una vez en el torrente sanguíneo, las toxinas pueden afectar el sistema nervioso central y el corazón, lo cual pone en alto riesgo la vida.
¿Qué podríamos ver?
Los síntomas son diversos y pueden variar en severidad dependiendo de la cantidad de veneno y el tamaño del perro, pero pueden incluir:
Salivación excesiva y espumosa
- Vómitos
- Dificultad para respirar (disnea)
- Debilidad
- Incoordinación (ataxia)
- Temblores
- Convulsiones
- Ritmo cardíaco anormal (arritmia)
- Encías rojas o irritadas
- Llanto o vocalización
- Pupilas dilatadas
- Colapso
En casos graves, puede ocurrir la muerte en tan solo 15 minutos.
Qué hacer en caso de ingestión o contacto con un sapo:
Actúa rápidamente,… Cada minuto cuenta.
Enjuaga la boca:
Lava la boca de tu perro inmediatamente con abundante agua durante 5 a 10 minutos para intentar eliminar la mayor cantidad de toxina posible. Asegúrate de que no trague el agua. Puedes humedecer una toalla con agua para frotar bien el interior de los labios, las mejillas, la lengua y las encías.
No induzcas el vómito:
A menos que lo indique específicamente un veterinario, no intentes hacer vomitar a tu perro, ya que esto podría empeorar la situación al irritar aún más el esófago.
Busca atención veterinaria de inmediato:
Lleva a tu perro a un veterinario o a una clínica de emergencia veterinaria lo más rápido posible. Es crucial que reciba tratamiento profesional de inmediato.
Informa al veterinario: Describe lo sucedido y los síntomas que presenta tu perro. Si es posible y seguro hacerlo, intenta identificar el tipo de sapo (con precaución y usando guantes si es necesario), ya que esto puede ayudar al veterinario a determinar la toxicidad.
El tratamiento veterinario puede incluir lavado bucal adicional, administración de medicamentos para controlar los síntomas (como anticonvulsivos o medicamentos para el ritmo cardíaco), fluidoterapia intravenosa, monitoreo cercano y hospitalización.
Prevención.
Supervisa a tu perro cuando esté al aire libre, especialmente durante la noche, que es cuando los sapos suelen estar más activos, sobre todo con el inicio de las lluvias.
Mantén a tu perro con correa durante los paseos nocturnos para evitar que se acerque a los sapos.
Elimina fuentes de agua estancada en tu jardín, ya que atraen a los sapos.
Coloca rejillas en los desagües.
Mantén el pasto corto y despeja áreas donde los sapos puedan esconderse.
Revisa periódicamente tu propiedad para asegurarte de que no haya sapos.
Nota importante: Las recomendaciones anteriores están encaminadas a evitar el contacto de nuestros perros con los sapos, no en depredar o quitarle la vida a los sapos. Recuerda! Proteger a los sapos es fundamental porque son indicadores clave de la salud ambiental, ayudan a controlar poblaciones de insectos y plagas, y contribuyen al equilibrio de los ecosistemas. Su declive puede señalar problemas ambientales mayores que afectan a toda la biodiversidad.
La rapidez con la que actúes es fundamental para aumentar las posibilidades de recuperación de tu perro en caso de envenenamiento por sapo.
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